miércoles, 23 de febrero de 2022

Repaso a 2019

La siguiente entrada fue escrita el 2 de diciembre de 2019, pero no había decidido publicarla... hasta ahora.

Es hora de recordar todo lo bueno y lo malo de un año que ha supuesto una revolución en mi vida. He cerrado una etapa, he abierto otra nueva, he conocido a personas increíbles, he seguido sanando las heridas del pasado y sigo aprendiendo a vivir sin miedo.

Empecé el año enfrentándome a los exámenes de la especialización de inglés de magisterio de Educación Primaria. Fueron mis primeros exámenes realizados en una lengua distinta al español y, siendo sincero, estoy bastante orgulloso y feliz de haberlos hecho y haberlos aprobado con muy buena nota a pesar de la dificultad que entrañaban. Sin duda, el cuatrimestre de la especialización ha sido el mejor cuatrimestre de toda la carrera y en el que más he aprendido tanto de mi futura profesión como de manera personal.

También este año empecé, terminé y defendí mi Trabajo de Fin de Grado, del cual también estoy bastante orgulloso, aunque la realización del mismo fue muy agobiante y estresante, con alguna que otra falta de entendimiento con mi tutora que al final se solucionó pero que quedó presente en cuatro décimas de la nota final...

El dos de marzo fui al concierto de Dodie en Madrid y fue mágico. Invité a mi amigo al concierto, ya que dejó que me quedara una noche en su piso. Él no conocía a la cantante ni a Orla tampoco (la telonera) y parece que quedó seducido por las dos cuando salimos de la sala. Ojalá pudiera repetir ese fin de semana.

Este año también fueron mi últimas prácticas como maestro en un colegio. Dos meses en un sexto de primaria del que terminé enamorado. Sin duda, han sido las prácticas más humanas que he tenido y donde he fortalecido aún más mi vocación.

Ya en mayo, me embarqué (nunca mejor dicho) en una nueva aventura con mis amigos y compañeros de la carrera: un inolvidable crucero a las islas griegas. El mejor viaje que he tenido en años y que repetiría cien mil veces más. No voy a explicar nada más porque no se puede expresar brevemente con palabras lo increíble que fue ese viaje.

No pueden quedar en el olvido las noches random de fiesta que he pasado con mis amigos: la noche del colacao a las tres de la mañana, la de salir dos amigos de fiesta y estar sólo nosotros bailando en el pub, las noches del rey, la de El Lobo en la Corredera, las de Hangar, etc. Tampoco quiero olvidarme de la gala del deporte universitario, donde me creí Robin Hood y descubrí que era mejor de lo que pensaba jugando al golf, y el concierto gratuito de Rosalía en la plaza de toros que, a pesar de no ser gran fan de ella, estuvo interesante aunque, siendo sincero, esperaba mucho más viniendo de un nombre como el suyo.

El quince de junio me gradué y la fiesta de esa noche fue la mejor de todo el año, feliz y triste al mismo tiempo. Terminó así mi etapa universitaria y empezó en octubre mi etapa de opositor.

En verano, fui al teatro a disfrutar de Adiós, Arturo, obra en la que disfrazaron a mi padre de mi cantante de country y nos echamos unas buenas risas, y terminé al fin Breaking Bad. Luego en septiembre fui a Málaga a ayudar a un amigo, que tenía el brazo un poco roto, con su equipaje de universitario. Y en octubre volví a Madrid pero esta vez para ver el musical de El Médico, no tengo palabras para describir la maravilla que fue.

Este año he aprendido la importancia que tienen los amigos y las personas nuevas con las que te encuentras en la vida; lo maravilloso de estar abierto a nuevas experiencias y a conocer a gente nueva.

2020 se acerca y estoy seguro de que vendrá con otras muchas nuevas experiencias que, ya sean malas o buenas, me harán aprender, madurar y evolucionar.

1 comentario:

  1. Me he pasado por aquí después de haber leído tu comentario en MCDC, ¡y me he llevado una sorpresa al ver que fuiste a un concierto de Dodie! A mí me gusta muchísimo, ¡y estuve a punto de ir a su último concierto en Madrid! Un abrazo y espero que todo muy bien.

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